Usted Tiene Una Cita Con la Eternidad


  ¡MUERTE! ¡Realidad horrible; parte de nuestro diario vivir! 
Cementerios, tumbas, coches fúnebres, velorios de amigos y
parientes... todos afirman que de la muerte nadie se escapará. Dios dice que "
está establecido a los hombres que mueran una vez y después el juicio" [Hebreos 9:27].

  ¡JUICIO!  ¡Un día usted estará ante Dios en juicio!  Dios ha
determinado que todos estaremos ante él en juicio.  ¡No haga planes para escaparse;  ¡jamás podrá!  "
Todos daremos cuenta a Dios de nuestras obras, sean buenas o malas" [2 Corintios 5:10].

  ¡ETERNIDAD!  ¡Misteriosa, profunda!  Creemos en ella, mas la
desconocemos.  Sepa esto: USTED existirá eternamente --es
"
alma viviente" [Génesis 2:7]-- en el cielo, con Cristo, o en el
castigo del infierno eterno.

  MUERTE, JUICIO, ETERNIDAD... todo hombre las experimentará
al terminar su vida.  Ninguna obra, religiosa o científica, podrá impedirlas.  Debo avisarle, amigo lector, que tiene una cita ante el tribunal de Dios de donde irá a su  CITA CON LA
ETERNIDAD
.

  La MUERTE es terrible; pocos la enfrentan sin temor.  Es castigo de Dios al pecado; no será fácil para quien vive sin Dios.  El cristiano sufre la muerte de sus queridos; el vacío trae dolor.  Pero, si "están con Cristo", tiene consuelo en Dios.

  La criobiología -la congelación de cadáveres para luego revivirlos- ofrece esperanzas a los que entregan sus cuerpos a sus neveras, confiados de que algún día vivirán sin enfermedad ni amenaza de muerte.  Pero, ya Cristo fijó la única esperanza eterna cuando dijo: "el que en mí cree, aunque haya muerto, vivirá" [Juan 11:25].  Revivir cuerpos congelados no anulará lo decretado por Dios: "...el mundo se pasa..."  El mundo acabará; todo intento de burlar la muerte acabará.  ¡Es imposible anular los decretos eternos de Dios!

  Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" [Juan 14:6].  Vivir más años, lograr salud perfecta, mejorar la medicina... jamás dará vida eterna.  Estas, aunque buenas, no quitan el pecado.  Beneficios temporales dejan el alma igual: los que no están en Cristo, rumbo al infierno eterno.  El que cree en Cristo morirá con una esperanza segura de vida eterna.  Hay que buscar a Dios antes de la muerte.  Después será muy tarde.

  Recuerde: luego de la muerte viene el juicio ante Dios.  De ahí su alma irá o al cielo o al infierno.  Sólo hay dos destinos eternos; su relación con Cristo los determinará. Rechácele aquí; el infierno le espera.  Crea en él;  el cielo le espera.  ¡Es así de sencillo!

  Un día toda alma estará ante Dios en JUICIO.  Ese día las almas de los muertos se unirán a sus cuerpos resucitados de la tumba.  Los vivos serán transformados.  Ante Dios,  "todos daremos cuenta de lo que hicimos en el cuerpo, sea bueno o malo" [2 Corintios 5:10].  Él juzgará a todos por su Palabra y su Hijo Jesucristo.

  Si muriera hoy,  ¿cuál sería su destino eterno?  ¿Le preocupa?
¿Descansa su fe en Jesucristo?  Quiero alentarle, amigo lector:
"
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado;  llamadle en tanto que está cercano" [Isaías 55:6].  Hay vida en Cristo.  Arrepiéntase de su pecado.  Crea en el Señor Jesucristo y será salvo.

  No olvide su  ¡CITA CON LA ETERNIDAD!                     [D.M.S.]




 


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